Y de esta forma, el calendario se va llenando de días mundiales de temática ambiental y ecológica. Estos Días Mundiales se crean con el objetivo de visibilizar las causas que denuncian o reivindican. Si a día de hoy seguimos necesitándolos, significa que aún falta mucha conciencia social y ambiental.
La responsabilidad de esta carencia de conciencia, recae en la falta de compromisos firmes de organismos públicos en campañas, acciones y planes de sensibilización. No logro entender cómo puede costar tanto presupuestar acciones así, de educación ambiental y sensibilización.

En la actualidad, gran parte de las acciones de este tipo que se desarrollan son encabezadas por voluntarios. Y eso es fantástico, pero no debe ser exclusivo, ya que los profesionales deben tener un sueldo digno. Así que, por favor, además de palabras, hay que invertir dinero.

El futuro es ahora, las actuaciones no pueden retrasarse más. Ya conocemos y reconocemos a emergencia climática, la ciencia lleva años advirtiéndonos, y tenemos recursos y opciones a nuestra disposición. ¿Por qué no está ya todo en marcha? ¿A qué esperan?

Tanto desde los organismos locales, provinciales, autonómicos, estatales, internacionales, etc. hay que invertir en la conciencia, que se traduce en educación. Además de, por supuesto, legislar y ordenar, hay que educar. No queremos una sociedad que solo obedezca, sino que aspiramos a una ciudadanía crítica, que piense y entienda por qué actúa.

Cuando nos referimos a medio ambiente, estamos hablando de vida. Como en sanidad, hay que invertir todos los recursos necesarios. Es la vida.
¿A qué esperan? ¿Estamos ciegos o alguien nos está tapando los ojos?

Desde finales del siglo XIX, la temperatura media del planeta Tierra ha aumentado 1,2 grados centígrados. Las reservas de agua de cuencas internas de Catalunya están a un 29,6%. El 15,7% del territorio español está en un escenario de emergencia por escasez grave de agua y un 21,5% está en alerta.

Entre 2007 y 2008 ya vivimos una de las peores etapas de sequía en Catalunya. Los embalses del Ter-Llobregat llegaron a estar por debajo del 20% de capacidad. En ese momento, se pusieron las pilas para lanzar campañas de conciencia sobre el uso responsable del agua. Una vez solucionado el problema, se paró.

Estas campañas no solo deben existir en momentos de crisis. Deben estar siempre presentes, tanto en el ámbito educativo infantil, como en los medios públicos, en los espacios vecinales y asociaciones, etc. Es decir, deben desarrollarse campañas permanentes de sensibilización ambiental en todos los espacios de la sociedad y para todas las edades. Es una cuestión de convivencia y sentido común.

La conciencia nos enseñará a pensar en colectivo y, sobre todo, promover un cambio de actitud que tenemos frente al planeta y a la naturaleza. Una actitud que debe basarse en el respeto.

Y recordad, ¡que nadie os robe vuestra sonrisa!